martes, 30 de octubre de 2007

Bitácora de una semana intensa

Martes 23 de octubre: fecha en que cumplí 25 años, aunque no se me note, jaja.
Regalos: unas chinitas, brillo labial y un libro "Sobredosis" de Alberto Fuguet (lo miré como a un viejo recuerdo, lo leí cuando tenía 15 años)

Miércoles 24 de octubre: Viaje a Santiago, la capital de Chile, a presenciar el esperado regreso de Soda Stereo.
El bus salió a las 7:45 de Concepción y yo tomé mi libro y empecé a leer, sólo leí 2 cuentos porque me dio sueño antes de salir de Penco, así que dormí y retomé mi lectura en Rancagua.
Llegué a la ciudad del transantiago antes de las 2 de la tarde y al rato me fui al estadio a esperar, por suerte no hacía calor como el día anterior y a las 21:00 empezó la música, distorsión de guitarra al máximo, yo feliz.
Balance positivo, excelenete, una de las mejores puestas en escena que he visto.

Jueves 25 de octubre
: Toda la tarde en Patronato (visita obligada para mí) compras por aquí y por allá.
A las 16:50 tomé un bus de vuelta a la capital penquista y retomé la lectura de mi libro. Lo terminé, mi impresión esta vez fue distinta a la vez anterior que lo leí. Cuando tenía 15 pensé que esas historias eran de jóvenes reventados que distaban mucho de lo que yo pensaba, pero ahora las encuentro harto más aterrizadas, e incluso me parecen cercanas.
Llegué a Concepción como a las 23:30 y me fui pa la casa.

Viernes 26 de octubre: Vuelta a la U y a la práctica en la tarde.
19:00 partí a encerrarme en una "Escuela de Construcciones" de Un Techo para Chile, por el fin de semana. En primer lugar fuimos a cargar las mediaguas al lugar de acopio y después a descargarlas al campamento "Temístocles Rojas", el más trígido de la región, después nos fuimos a la escuela a cenar y a capacitaciones para construcciones.

Sábado 27 de octubre: Me tocó de jefa de comunidad (y eso que era la primera vez que iba a construir) Todo el día al sol haciendo hoyos, clavando paneles, la meta era dejar puesto el piso de la mediagua y logramos más que eso gracias a la ayuda de los amigos de Jocelyn (la dueña de casa) que se portaron súper bien con nosotros.

Domingo 28 de octubre: Día cansador y estresante al máximo, ya que además de terminar mi mediagua todos tuvimos que ayudar a desarmar la casa de unos abuelitos, los tatas, y parar otra mediagua en ese lugar, todo un desafío para un solo día, pero con la ayuda de todos lo logramos.
Mi casa la terminamos como a las 9 de la noche y la inauguramos, esperando que para Jocelyn éste sea sólo el primer paso hacia una vivienda de calidad y de concreto, para que ella y su hijo no sigan viviendo en la miseria en que están.

Lunes 29 de octubre
: A las 00:15 terminamos de construir la mediagua de los tatas, entramos sus cosas y después nos fuimos a la casa de la presidenta del campamento, Cristina, porque los vecinos nos prepararon un pequeño cóctail para agradecernos la visita del fin de semana. Luego volvimos a la escuela a buscar nuestras cosas y calabaza calabaza. Llegué a mi casa a la 1:30 de la mañana, adolorida, cansada, con sueño, sucia, llena de cortaduras y moretones, pero con muchas lecciones positivas para mi vida, aunque suene chiché.


** Estos dos días en el Campamento Temístocles Rojas aprendí muchas cosas de gente que quiere superarse y salir de la pobreza en que viven.
También vi cosas que me dejaron helada, violencia intrafamiliar, drogas, alcoholismo, delincuencia, prostitución infantil, ufff hay mucho por hacer en ese lugar.
Lo que me sorprendió y me emocionó fue que la gente tiene muy poco, pero aun así se preocupan por dar un vaso de bebida, comida y lo poco que tienen lo comparten con los voluntarios que van a trabajar con ellos.
En ese clima de compañerismo y cooperación los pobladores abren sus corazones y cuentan sus experiencias de vida y nos damos cuenta de que no son distintos a nosotros, sólo que no han tenido las oportunidades para superarse. Claro está que también hay gente que no se quiere superar, pero ese es otro tema.
En ese lugar encontré a trabajadores de la vega Monumental, la tía que vende sopaipillas en su carrito en el centro, la captadora de tarjeta Hites que veo en el paseo peatonal todos los días.