Dos amigas unidas por el amor a la literatura protagonizan un extraño romance en esta entrega de Peter Jackson. “Criaturas Celestiales”, inspirada en el caso real de Pauline Parker y Juliet Hulme, interpretadas por Kate Winslet y Melanie Lynskey respectivamente, quienes viven su amor a través de una historia novelezca que ellas mismas inventaron, obligadas por la conservadora sociedad de la época.
Los problemas de las jóvenes comienzan cuando sus padres se dan cuenta de que el lazo que las unía no era sólo una amistad, sino que ellas estaban enamoradas. Ellas por su parte se complementan y expresan lo que sienten a través de la pareja de enamorados que protagonizan en la novela que inventan entre ambas, es decir lo que ellas quieren vivir libremente y no pueden.
La obsesión de la una con la otra las lleva a preparar un macabro crimen para estar juntas, deciden asesinar a la madre de Juliet para escapar juntas. Ambas pertenecen a familias de distinto nivel socio económico, pero iguales de conservadoras y restrictivas con sus hijas.
Es inevitable relacionar esta película con la realidad. Esa que nos muestra a una minoría sexual que se esconde y que quisiera expresar sus preferencias sin tener que refugiarse tras máscaras para aparentar ser “normal”.
Al ver la oculta historia de Pauline y Juliet se entiende que llegan al punto de inventar un universo paralelo, ya que son constantemente sometidas a presiones, cosa que sucede en la realidad con todos aquellos que eligen como compañero de vida a otro del mismo sexo. Tendencia más marcada en la época en que se inspira la película (mediados del siglo XIX).
Quizá esta sea una historia difícil de entender, pero que sólo requiere un poco de atención, ya que no tiene un guión complicado, sino que muy sencillo. La única dificultad se presenta al tratar de separar los universos paralelos en los que se ven envueltas las protagonistas, al vivir su historia de amor a través de una novela.
Un aspecto a destacar es la incomprensión de los padres de ambas adolescentes, ya que tratan de “curar” a sus hijas como si el lesbianismo de ambas fuera una enfermedad. Lo anterior no es ajeno a lo que ocurre con la sociedad actual chilena que no se atreve a dar la cara a estos temas y no discute el “problema” de la homosexualidad de forma abierta, peor aun, se trata de tapar.
Una historia que de manera un tanto fantástica, infantil e inocente retrata un problema de la sociedad neozelandesa de mediados del siglo XIX, pero que sigue presente hasta el día de hoy.
Ficha técnica
País: Nueva Zelanda, Reino Unido, Alemania
Año: 1994 Título internacional: Heavenly creatures Guión: Peter Jackson y Fran Walsh Dirección: Peter Jackson Actores: Melanie Lynskey, Kate Winslet, Sarah Peirse, Diana Kent, Clive Merrison, Simon O’Connor, Jed Brophy, Peter Elliott, Gilbert Goldie, Geoffrey Heath, Kirsti Ferry, Ben Skjellerup, Darien Takle, Elizabeth Moody, Liz Mullane.
Los problemas de las jóvenes comienzan cuando sus padres se dan cuenta de que el lazo que las unía no era sólo una amistad, sino que ellas estaban enamoradas. Ellas por su parte se complementan y expresan lo que sienten a través de la pareja de enamorados que protagonizan en la novela que inventan entre ambas, es decir lo que ellas quieren vivir libremente y no pueden.
La obsesión de la una con la otra las lleva a preparar un macabro crimen para estar juntas, deciden asesinar a la madre de Juliet para escapar juntas. Ambas pertenecen a familias de distinto nivel socio económico, pero iguales de conservadoras y restrictivas con sus hijas.
Es inevitable relacionar esta película con la realidad. Esa que nos muestra a una minoría sexual que se esconde y que quisiera expresar sus preferencias sin tener que refugiarse tras máscaras para aparentar ser “normal”.
Al ver la oculta historia de Pauline y Juliet se entiende que llegan al punto de inventar un universo paralelo, ya que son constantemente sometidas a presiones, cosa que sucede en la realidad con todos aquellos que eligen como compañero de vida a otro del mismo sexo. Tendencia más marcada en la época en que se inspira la película (mediados del siglo XIX).
Quizá esta sea una historia difícil de entender, pero que sólo requiere un poco de atención, ya que no tiene un guión complicado, sino que muy sencillo. La única dificultad se presenta al tratar de separar los universos paralelos en los que se ven envueltas las protagonistas, al vivir su historia de amor a través de una novela.
Un aspecto a destacar es la incomprensión de los padres de ambas adolescentes, ya que tratan de “curar” a sus hijas como si el lesbianismo de ambas fuera una enfermedad. Lo anterior no es ajeno a lo que ocurre con la sociedad actual chilena que no se atreve a dar la cara a estos temas y no discute el “problema” de la homosexualidad de forma abierta, peor aun, se trata de tapar.
Una historia que de manera un tanto fantástica, infantil e inocente retrata un problema de la sociedad neozelandesa de mediados del siglo XIX, pero que sigue presente hasta el día de hoy.
Ficha técnica
País: Nueva Zelanda, Reino Unido, Alemania
Año: 1994 Título internacional: Heavenly creatures Guión: Peter Jackson y Fran Walsh Dirección: Peter Jackson Actores: Melanie Lynskey, Kate Winslet, Sarah Peirse, Diana Kent, Clive Merrison, Simon O’Connor, Jed Brophy, Peter Elliott, Gilbert Goldie, Geoffrey Heath, Kirsti Ferry, Ben Skjellerup, Darien Takle, Elizabeth Moody, Liz Mullane.
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